GUIONISTA

Dentro de la formación como guionista, mi especialidad son los diálogos, influencia sin duda de mi amor por el teatro y de mi pasión por el cine de los Woody Allen, Billy Wilsder,  Monty Python o Quentin tarantino entre otros tantos muchos.

Autor de las novelas "HISTORIAS DE UN GUIONISTA EN PARO" donde se incluyen mmás de 100 escenas dialogadas

http://www.lulu.com/spotlight/raulartacho

y a continuación podéis leer algunas de las escenas cinematográficas que se incluyen en la novela Historias de un guionista en el paro. Todos los derechos están reservados.



DÍA 10

El escritor y la espía.

INT DÍA LIBRERÍA

Dos personajes, un hombre y un dependienta. El hombre va siempre con una libreta, anotando cosas, mientras busca y rebusca libros. llega la dependienta, es su primer día.

DEPENDIENTA: hola, buenos días, ¿puedo ayudarle en algo?
HOMBRE: no.
DEPENDIENTA: ¿no puedo ayudarle?
HOMBRE: sí claro, puede ayudarme, lo que quiero decir, es que…
DEPENDIENTA: ¿sí?
HOMBRE: verá, me gusta mirar…
DEPENDIENTA: ¿libros?
HOMBRE: ¿qué otra cosas iba a ser?
DEPENDIENTA: claro, perdone.
HOMBRE: estamos en una librería. Si estuviese en el campo, le diría me gusta mirar árboles, o si estuviésemos en la playa, le diría, me gusta mirar granitos de arena.
DEPENDIENTA: ¿cuándo va a la playa le gusta mirar granitos de arena?
HOMBRE: no me gusta la playa.
DEPENDIENTA: ya, pero cuando va, ¿le gusta eso?
HOMBRE: ¿qué otra cosa me iba a gustar?
DEPENDIENTA: no lo sé, hay más personas…
HOMBRE: las personas no me interesan lo más mínimo…
DEPENDIENTA: ¿por qué?
HOMBRE: es usted nueva.
DEPENDIENTA: sí, es mi primer día.
HOMBRE: lo sé, era una afirmación.
DEPENDIENTA: ¿cómo lo sabe? ¿Tanto se me nota?
HOMBRE: no, vengo todas las tardes 4 horas y nunca la había visto, y he pensado, si nunca la he visto es por dos motivos, uno: porque es nueva y es su primer día, dos, porque siempre ha trabajado en horario de mañana y nunca hemos coincidido. Sea cual sea el motivo, es usted alta. ¿por qué es tan alta?
DEPENDIENTA: no lo sé.
HOMBRE: por la genética, señora, por la genética.
DEPENDIENTA: señorita.
HOMBRE: ah, señorita, perdone la he hecho más mayor sin querer.
DEPENDIENTA: tengo 34 años. No sé si soy mayor o si soy joven…
HOMBRE SOLTERO: ¿y por qué me cuenta eso?
DEPENDIENTA: no lo sé, supongo que el hecho de que me haya llamado señora y después señorita me ha hecho pensar…
HOMBRE: está muy bien, que piense, me refiero, pero ¿por qué me cuenta todo eso?
DEPENDIENTA: no le entiendo.
HOMBRE: ¿es usted…
DEPENDIENTA: ¿sí?
HOMBRE: (lo dice muy bajito) …espía?
DEPENDIENTA: (muy alto) que si soy espía, jajjajajajjajajjajajajjajaja…
HOMBRE: por favor baje la voz…
DEPENDIENTA: (bajando la voz) jjejejejejeje
HOMBRE: así está mejor…
DEPENDIENTA: perdone, nunca me habían preguntado eso…
HOMBRE: pues yo lo pregunto todos los días…
DEPENDIENTA: ¿va preguntando a la gente normal que se encuentra por la calle si es espía?
HOMBRE: sí.
DEPENDIENTA: ¿todos los días?
HOMBRE: sí.
DEPENDIENTA: ¿a todo el mundo?
HOMBRE: a todo el mundo que me pregunta cosas.
DEPENDIENTA: ¿y qué? ¿hay muchos espías en la ciudad?
HOMBRE: ¿quiere que le diga la verdad?
DEPENDIENTA: no sé si quiero, pero vale.
HOMBRE: me espían, soy… ¿cómo decirlo?... soy, soy, un…
DEPENDIENTA: famoso.
HOMBRE: no.
DEPENDIENTA: escritor.
HOMBRE: ¿cómo es posible que me confunda con un escritor?
DEPENDIENTA: no lo sé, perdone, perdone… bueno, creo, que le voy a dejar haciendo sus cosas…
HOMBRE: lo siento, no se vaya, por favor, se lo suplico, que estoy muy solo en este mundo.
DEPENDIENTA: ¿quiere que le haga compañía?
HOMBRE: sí.
DEPENDIENTA: mire que le he confundido con un famoso, y luego con un escritor.
HOMBRE: soy escritor.
DEPENDIENTA: ¿es escritor?
HOMBRE: psitttt, calle, nadie lo sabe.
DEPENDIENTA: ¿y vende mucho?
HOMBRE: ¿Libros?
DEPENDIENTA: claro, libros…
HOMBRE: de vez en cuando veo que alguien se lleva un ejemplar. Pero la cosa está muy mal. Es culpa de la crisis.
DEPENDIENTA: ¿y antes de la crisis, vendía mucho?
HOMBRE: tampoco, antes era culpa de que no era mi momento.
DEPENDIENTA: ¿y antes?
HOMBRE: ¿seguro que no es espía?
DEPENDIENTA: se lo aseguro, no soy espía.
HOMBRE: antes tampoco.
DEPENDIENTA: lo siento…
HOMBRE: no pasa nada, en cuanto me muera, me haré famoso. Claro que una vez muerto ¿para qué quiero ser famoso? ¿se imagina a Van Gogh?
DEPENDIENTA: ¿perdón? No entiendo..
HOMBRE: nunca vendió un cuadro, se murió y ahora son los más caros, pero a él, ¿de que le sirve?, era un hombre atormentado, bebía aguarras y comía pintura como si fuera chicle.
DEPENDIENTA: y se cortó una oreja.
HOMBRE: no.
DEPENDIENTA: ¿no se cortó una oreja?
HOMBRE: sólo el lóbulo, y… muy pequeño, el pedacito de lóbulo.
DEPENDIENTA: ¡¡¡cuánto sabe usted!!!
HOMBRE: no me llame de usted que me hace más mayor.
DEPENDIENTA: ¿qué edad tiene?
HOMBRE: ¿qué edad aparento?
DEPENDIENTA: pues no lo sé. Tiene una cara muy rara, por un lado aparenta mayor, viejo, pero luego sus ojos y su boca, parece casi un niño.
HOMBRE: ¿quiere que le diga mi edad?
DEPENDIENTA: vale.
HOMBRE: 34.
DEPENDIENTA: ah, ¡cómo yo!
HOMBRE: ¿de qué mes?
DEPENDIENTA: septiembre.
HOMBRE: ah, ¡como yo!
DEPENDIENTA: ¿de qué día?
HOMBRE: del 1
DEPENDIENTA: ay, yo del 14.
HOMBRE: que pena…
DEPENDIENTA: ¿quiere que luego tomemos un café?
HOMBRE: ¿café?
DEPENDIENTA: o una cerveza…
HOMBRE: ¿cerveza?
DEPENDIENTA: ¿o una coca cola?
HOMBRE: ¿una coca cola…?
DEPENDIENTA: lo que usted quiera.
HOMBRE: eh, eh… yo… eh… yo…
DEPENDIENTA: ¿sí?
HOMBRE: ¿es usted espía?
DEPENDIENTA: jajajajajjajejejejjejejjijijiji por favor…. Jajajajajajaj (de broma) sí, soy espía, jejejjeejejeje, me ha pillado, jejejjejejeje
HOMBRE: vale, vale, no hace falta que se ría de mí. Tomaremos un café, luego una cerveza y después una coca cola.
DEPENDIENTA: de acuerdo. Salgo a las 9.
HOMBRE: de acuerdo, estaré esperando a las 9 en la puerta.
DEPENDIENTA: me ha encantado conocerle.
HOMBRE: y a mí… quiero decir que a mí también me ha encantado conocerle a usted.
DEPENDIENTA: bueno, nos vemos luego
HOMBRE: de acuerdo.

El hombre se va, la dependienta se queda sola, mirando como el hombre sale de la librería, deja de sonreír. Coge su móvil, marca un número.

DEPENDIENTA: ya está, ya he contactado con el escritor. Por un momento pensé que me iba a descubrir, pero no, lo he convencido para tomar algo después… a las 9, cuando termine… a las 9 y media estaré en la esquina de la quinta avenida con 73 oeste. Perdón, estaremos… será solo suyo. Pero yo… Me da pena que quiera matarlo…. Ya, ya sé que no es asunto mío… está bien, a las 9 y media en la quinta avenida con la 73 oeste…. Ya, que lo hace por él, pare que venda más libros, que usted piensa que es el mejor escritor de todos los tiempos y por eso quiere matarle… está bien… Hasta luego. (cuelga el teléfono móvil) están todos locos en este mundo…

FINAL DE ESCENA.


DÍA 52 Y ½

Cuestión de alas

MAR EXT. NOCHE

Dos amigos, uno de ellos experto surfista, el otro, es su primera vez, el mar está en calma, los dos están sobre la tabla sentados con las piernas dentro del agua, y conversando, es invierno, vemos la costa, está a oscuras, y el cielo encapotado, no se ve ninguna estrella.

ANGELUS: te veo un poco acojonado.
PETER: noooo…
ANGELUS: pues tienes un poco cara de susto….
PETER: Lo confieso, tengo miedo.
ANGELUS: no va a pasar nada.
PETER: ya, eso me has dicho, pero ¿y si un tiburón nos ve aquí sobre la tabla y les da por atacarnos? Tengo miedo de los tiburones. Pánico, horror…
ANGELUS: yo nunca he visto un tiburón, y vengo cada dos o tres días.
PETER: ya, ya, ya, sé que mi miedo es irracional, ¿pero existe algún tipo de miedo que no lo sea? “esto puede pasar, no hay certezas, puede ocurrir”.
ANGELUS: ¿vas a estar toda la noche así?
PETER: no, no, no…
ANGELUS: hemos venido a pasarlo bien.
PETER: ya, ya, ya…
ANGELUS: te voy a enseñar varios secretos, te lo dije hace tiempo, y éste es el primero.
PETER: de acuerdo….

Se quedan callados. Peter quiere decir algo.

ANGELUS: dime.
PETER: eh, ¿no podría quedarme yo en la orilla?
ANGELUS: no.
PETER: ¿por qué?
ANGELUS: porque lo divertido se hace aquí, con la tabla.
PETER: ya, pero yo, para divertirme no me hacen falta tablas, con un libro, o con un folio en blanco y un boli tengo más que suficiente.
ANGELUS: no, esto es otra clase de diversión.
PETER: pero no hay olas, además no hay olas.
ANGELUS: porque están allí dentro.
PETER: ¿allí, dónde?
ANGELUS: allí, a unos 200 metros.
PETER: ¿y tenemos que ir nadando hasta allí?
ANGELUS: sí.
PETER: pero eso está a unos 400 metros de la costa.
ANGELUS: sí.
PETER: no me parece tan divertido, me tenía que haber quedado en casa, tengo miedo, allí además de tiburones seguro que hay morenas, y serpientes venenosas marinas, y pirañas carnívoras, y medusas, ahgggggg, odio las medusas…
ANGELUS: quieres callarte.
PETER: ¿por qué? Es que si no me callo, ¿puede que toda esa fauna marina se despierte y vengan a por nosotros?
ANGELUS: no, pero si no te callas yo mismo te daré un bocado con mis dientes en tu pie.
PETER: ¿se puede dar un bocado con algo que no sea los dientes?
ANGELUS: sígueme.

Empiezan a nadar mar adentro, cada vez está más nublado, a lo lejos se ve un rayo.

PETER: ahhhh, ¿lo has visto? ¿lo has visto? Un rayo, creo que sería mucho mejor que nos volviésemos a la costa y venimos otro día que haga mejor noche, con estrellitas y eso…
ANGELUS: es la noche perfecta.

Caen dos rayos, esta vez mucho más cerca.

PETER: es la noche perfecta para morir.
ANGELUS: no vamos a morir, vamos a surfear.
PETER: ya veo los titulares: “encuentran los cadáveres de dos surfistas locos que salieron a la mar en la peor noche del año”
ANGELUS: tonto que estás… mira…
PETER: no veo nada.
ANGELUS: las olas, aquí están…
PETER: Dios, que grandes….
ANGELUS: sí…

Empieza a llover, de golpe, llueve con mucha intensidad, el mar empieza a encresparse. Caen dos o tres rayos más.

PETER: vámonos por favor, vámonos, que no lo digo por los tiburones, que esos ya casi me dan igual, lo digo por la tormenta, que viene directa hacia nosotros, que no soy un hombre del tiempo pero sé que viene directa a por nosotros. Vámonos.
ANGELUS: espera, todavía tenemos tiempo, de coger unas olas.
PETER: yo te espero aquí, para mí esto ya ha tenido suficiente emoción, que esto ya me da para escribir 30 capítulos de historias de un guionista ahogado…
ANGELUS: espera.

Deja de hacer viento de golpe… de llover, la calma que precede a la tormenta.

PETER: ¡qué raro! se ha parado todo.
ANGELUS: vámonos.
PETER: ¿por qué? ahora que ha mejorado de golpe el tiempo…
ANGELUS: corre, mejor dicho nada… vámonos de aquí cagando hostias.
PETER: pues no te entiendo chico, parece que sólo te guste el peligro, ahora que todo se ha quedado en paz, oye, pues estoy muy a gustito a pesar de todo.
ANGELUS: Peter.
PETER: ¿sí? Ese es mi nombre...
ANGELUS: vamos a la playa. Nuestra vida corre peligro.
PETER: no lo entiendo.
ANGELUS: cuando un surfer súper profesional te dice que es la hora de regresar es que es la hora de regresar.

Todo este tramo de conversación lo hemos visto desde el punto de vista de Peter, ahora vemos el contraplano, es decir lo que ve Angelus, justo detrás de Peter, se ha empezado a formar un tornado, o manga de agua, que es como se llaman los tornados cuando están en el mar.

PETER: sigo sin entender…
ANGELUS: mira detrás de ti.

Peter se gira, ve el tornado. Empiezan a nadar con fuerza hacia la orilla, se empiezan a levantar olas de 4 metros, empieza a llover de golpe, torrencialmente, empieza a soplar un fuerte viento, en lugar de avanzar hacia la costa, el mar los lleva directos hacia el tornado. Siguen nadando, lo vemos en plano general, de ellos nadando hacia delante pero avanzando hacia detrás, el tornado ha cogido fuerza, los va a engullir.

PETER: ¿por qué no me lo habías dicho antes?
ANGELUS: lo he intentado, pero no me dejabas.
PETER: dime que lo que conseguiremos.
ANGELUS: lo conseguiremos.
PETER: pero dímelo creyéndotelo.
ANGELUS: creyéndomelo lo conseguiremos.
PETER: porque será que no termino de creerte.
ANGELUS: nos va a engullir el tornado, con todas tus fuerzas, nada.
PETER: eso intento… si supiese rezar, rezaría, pero no paso del “padre nuestro que estás en los cielos…” ¿qué va después? mierda, ojalá FUESE creyente, ahora no tendría miedo.
ANGELUS: tendrías exactamente el mismo miedo….
PETER: ¿cómo lo sabes?
ANGELUS: porque ese es otro de mis secretos.
PETER: ¿cuál?
ANGELUS: ¿cómo me llamo?
PETER: ¿no recuerdas como te llamas?
ANGELUS: claro que me acuerdo, idiota...
PETER: entonces porque me preguntas….
ANGELUS: soy un Ángel…
PETER: ¿qué? no te he escuchado, o sea, sí te he escuchado, pero creo que te he escuchado mal.
ANGELUS: he dicho, que soy un ÁNGEL…
PETER: ya, muy bueno tío, es el mejor momento para confesar una cosa así… ¿y dónde tienes las alas?

Angelus se incorpora sobre la tabla, se quita la parte de arriba del traje de neopreno, y vemos sus alas, coge a Peter de un brazo, que se pone de pie sobre su tabla, los dos de pies y Angelus empieza a batir sus alas, despegan las tablas pegadas a sus pies. Es alucinante, nunca había vivido Peter un momento así. El tornado les alcanza, pero lejos de engullirles, ellos empiezan a hacer surf por los surcos del tornado. Se escuchan sus gritos y los vientos huracanados, los vemos surfear, lo están pasando en grande, Peter grita de placer, en ese momento, un tiburón les pasa por al lado, un tiburón engullido por el tornado, casi les muerde…

Se corta a.

PLAYA EXT. DÍA

Vemos una orilla, la blanca arena, las suaves olitas, es la mañana siguiente. La cámara avanza por la arena y coge altura, vemos a Peter tumbado en la orilla, y a su lado Angelus, casi no pueden ni moverse, están extenuados.

PETER: casi no puedo ni moverme.
ANGELUS: ha sido genial.
PETER: sí, a pesar de todo ha sido genial, la mejor noche de mi vida.
ANGELUS: esto hay que repetirlo.
PETER: no digo que no…
ANGELUS: bien…
PETER: oye…
ANGELUS: ¿sí?
PETER: ¿eres un ángel de verdad?
ANGELUS: ya ves.
PETER: ya veo, pero ¿eres un Ángel de verdad o eres un Ángel caído de verdad?
ANGELUS: jajajjajajaj.
PETER: sí, jajajaj, pero no me has contestado.
ANGELUS: ¿tú qué crees?
PETER: después de esta noche ya no sé que creer.
ANGELUS: pues eso está bien, ¿lo has pasado bien, no?
PETER: genial.
ANGELUS: pues que importa lo que sea.
PETER: en eso te doy toda mi razón.

Fin de escena.



DÍA 55

Ligar por ligar.

NOCHE, INT. PUB TIPO TRANQUILO

Vemos a Isabel y a Peter, sentados en una especie de reservado.

PETER: me duele el alma.
ISABEL: joder.
PETER: me duele mucho, es por dentro, pero tengo miedo de ir al médico.
ISABEL: ¿por qué?
PETER: ¿y si me dice que es muy grave?
ISABEL: y si te dice que no es nada, que sólo se trata de una cuestión mental.
PETER: casi es peor, eso significaría que me imagino cosas que no son.
ISABEL: y acaso no es eso lo que haces todo el día sin parar, incluso por la noche, 25 horas al día, 8 días a la semana, 13 meses al año.
PETER: ya…

Silencio.

ISABEL: y gracias, me va muy bien, gracias por preguntar.
PETER: ah… perdón… eso quería preguntarte, si te va bien.
ISABEL: sí, me va bien.
PETER: eres fuerte.
ISABEL: lo soy.
PETER: mucho más que yo, yo soy tan débil que podría ahogarme dentro de un vaso de agua.
ISABEL: pues lleva siempre encima un flotador.
PETER: ya lo llevo, esta barriga inmensa.
ISABEL: hombre, tampoco es tan inmensa, pero si que tienes barriga.
PETER: ¿qué tal si empezamos de nuevo?
ISABEL: ok.

Peter se levanta, se sienta.

PETER: hola Isabel.
ISABEL: hola Peter.
PETER: ¿cómo estás? te veo muy bien.
ISABEL: estoy muy bien.
PETER: joder, estás maravillosa, te veo de puta madre.
ISABEL: gracias.
PETER: mejor imposible, es una alegría para mi vista encontrarte de esta forma tan maravillosa.
ISABEL: para.
PETER: perdón.
ISABEL: podemos empezar otra vez.
PETER: sí, ¿qué he hecho mal?
ISABEL: no puedes hablar así.
PETER: ¿cómo?
ISABEL: así, nadie habla así…. y si quedas con una chica y le hablas así, va a pensar que eres rarito.
PETER: es que yo soy rarito.
ISABEL: lo eres.
PETER: lo sé.
ISABEL: pero de buenas a primeras, eso puede ser un obstáculo, no todas las mujeres somos capaces de asimilar que alguien que quiere besarnos, sea rarito.
PETER: ¿y qué hago?
ISABEL: ¿tú no eres actor?
PETER: bueno, no exactamente, aunque alguna cosa he hecho.
ISABEL: pues interpreta.
PETER: ¿cómo?
ISABEL: no sé, a las mujeres nos gustan los hombres canallas… los listos, incapaces de mostrar mucho, ¿por qué? No lo sé, es algo genético.
PETER: entonces, tu solución, pasa porque mi solución sea que yo interprete a un hombre canalla.
ISABEL: por ejemplo.
PETER: no sé hacer de canalla, nunca he sido muy canalla. De hecho no sé muy bien que significa ser o comportarse como un canalla.
ISABEL: un hijo de puta.
PETER: peor.
ISABEL: un caradura.
PETER: bufff…
ISABEL: está bien, empecemos de nuevo.
PETER: ¿y qué hago?
ISABEL: no pienses, y haz como que miras fijamente pero en realidad mírame las tetas, y háblame de ellas sin hablarme.
PETER: vale.

Se levanta Peter, se sienta.

ISABEL: Hola Peter.
PETER: hola Isabel.
ISABEL: ¿cómo te van las cosas?
PETER: mejor desde que te he visto hace dos segundos.
ISABEL: me apetece un refresco.
PETER: quieres una copa.
ISABEL: sería maravilloso.
PETER: ¿ron?
ISABEL: perfecto.
PETER: no te levantes, no muevas tu hermoso culo de tu asiento, yo voy a por las copas.
ISABEL: espera.
PETER: ¿sí?
ISABEL: mejor, pero…
PETER: ¿qué he hecho mal?
ISABEL: ibas bien, muy bien, pero no digas lo del culo.
PETER: joder, que difícil.
ISABEL: pero ibas mejor.
PETER: estoy desesperado.
ISABEL: no pasa nada, te prometí que te iba a ayudar, y es lo que voy a hacer.
PETER: no sé como agradecer tanta dedicación…
ISABEL: siempre me puedes dedicar tu próxima película.
PETER: no…
ISABEL: ¿porque no?
PETER: porque los guionistas no solemos dedicar nada, son los directores, pero los guionistas, no.
ISABEL: bueno, hay otras formas.
PETER: claro, siempre puedo crear un personaje secundario, que es la mujer guapa de la película, la mujer guapa, inteligente, atractiva, etc, etc, etc, y que lleve tu nombre.
ISABEL: ¿te gusta mi nombre?
PETER: me encanta, Isabellllllllllllll
ISABEL: a mí no me gusta, de pequeña me cantaban eso del anuncio de atún Isabel: “hoy comemos con Isabel”… casi me lo cambio.
PETER: no lo hagas. Me encanta tu nombre, podría decirlo durante dos años seguidos y me seguiría gustando decirlo.
ISABEL: ahí te veo bien, eso está bien, además de comportarte como un hipocondríaco, otra de las cosas que más asustan a las mujeres es que te muestres como una persona obsesiva.
PETER: perdona.
ISABEL: ¿sí?
PETER: ¿has utilizado la ironía?
ISABEL: ¿tú que crees?
PETER: ¿empezamos de nuevo?
ISABEL: de acuerdo.

Peter se levanta.

PETER: hola preciosa.
ISABEL: hola mi pequeño obsesivo compulsivo.
PETER:
ISABEL: sigue…
PETER: no sé me ocurre que decir.
ISABEL: vale, no pasa nada, relájate, por hoy ya está bien.
PETER: soy un desastre, nunca lo voy a conseguir.
ISABEL: tú tranquilo, sólo te falta algo de práctica.
PETER: si sólo fuese práctica, podría considerarme una de las personas más felices de la tierra.
ISABEL: tranquilo.

Silencio, Peter se sienta.

PETER: ¿te apetece tomar algo?
ISABEL: un café.
PETER: ¿solo?
ISABEL: sí.
PETER: azúcar normal, sacarina, o azúcar moreno…
ISABEL: piénsalo.
PETER: moreno.
ISABEL: eso es.
PETER: Isabel, nunca podré agradecerte suficiente, lo que estás haciendo por mí.
ISABEL: sí que podrás.
PETER: ¿cómo?
ISABEL: simplemente siendo mi amigo.
PETER: vale. Voy a por el café.
ISABEL: muy bien, te espero.

Peter se levanta.

PETER: ¿y cuando consiga ligar con una mujer le podré contar que he estado practicando contigo, por las tardes? Para que vea que me esfuerzo en parecer normal, a pesar de que en mi interior sea un bicho rarito.
ISABEL:
PETER: supongo que ese silencio, significa no.
ISABEL: supones bien.
PETER: ahora vuelvo.

Final de escena.



DÍA 83

Cristo en la cruz.

CRISTO: por favor, señor, por favor.

Pasa un campesino por debajo de la cruz de Cristo.

CAMPESINO: ¿es a mí?
CRISTO: es a usted.
CAMPESINO: dígame.
CRISTO: ¿no podrías bajarme de aquí? Me duelen las manos
CAMPESINO: normal, tienes un clavo en cada mano y otro en los pies.
CRISTO: por favor, tenga un poco de misericordia y bájeme de aquí.
CAMPESINO: necesitaría una escalera.
CRISTO: pues ve a por una que te espero, no creo que me vaya a ningún sitio.
CAMPESINO: ya, pero es que yo soy campesino y pobre.
CRISTO: por favor, seguro que conoces a alguien que tiene una escalera…
CAMPESINO: sí, claro, mi señor tiene una tienda de escaleras.
CRISTO: pues ve y pídele una.
CAMPESINO: no puedo hacer eso.
CRISTO: ¿por qué?
CAMPESINO: porque son nuevas, y si la utilizo ya no será nueva y mi amo no la podrá vender como una escalera de primera mano.
CRISTO: entonces… róbala.
CAMPESINO: ¿perdón?
CRISTO: ¡¡¡RÓBALA!!!
CAMPESINO: ¿me estás pidiendo que robe?
CRISTO: te lo estoy suplicando.
CAMPESINO: si hago eso, acabaré como tú, clavado en una cruz.
CRISTO: por favor, roba una escalera, descuélgame, me duelen las manos, los pies, la costilla y el alma.
CAMPESINO: ¿y tú? ¿qué has hecho para terminar ahí?
CRISTO: amar.
CAMPESINO: ¡estás clavado en una cruz por amar! ¡vaya cruz! ¿y a quién has amado?
CRISTO: a todo el mundo.
CAMPESINO: ahhhhhh, jejjejejej, libertino, libertino, por eso te han clavado, si no hubieses sido tan ligero de cascos, ahora no estarías ahí… te lo tienes merecido por viciosillo.
CRISTO: ¿cómo te llamas campesino?
CAMPESINO: Juan.
CRISTO: Juan, encantado, yo soy Jesús, y no soy un vicioso, hablo de otra clase de amor. No de aquel que es carnal, hablo de sentimientos, de…
CAMPESINO: ¿sí?
CRISTO: déjalo, no vale la pena tanta explicación…
CAMPESINO: no voy a robar una escalera, Jesús, lo siento, me tengo que marchar.
CRISTO: entonces… mátame.
CAMPESINO: ¿cómo?
CRISTO: no quiero seguir sufriendo.
CAMPESINO: una cosa es que me pidas que robe y otra muy distinta que mate… ¿cómo voy a hacer eso? ¿qué clase de persona eres? ¿acaso no tienes moral? ¡qué te mate! Jjajajaja, tiene gracia, ¿yo? Además, un pobre campesino, ya veo los titulares: “Campesino pobre, mata a Jesús de la Cruz”. ¡¡¡No!!! Además, ¿cómo iba a hacerlo? No tengo lanza, y no voy a robar una….
CRISTO: pues con piedras si es necesario.
CAMPESINO: ¿quieres que te mate a pedradas?
CRISTO: por favor.
CAMPESINO: ¡¡¡vaya Jesús estás hecho!!! ¡¡¡Viciosillo sadomasoquista!!!
CRISTO: soy…
CAMPESINO: viciosillo….
CRISTO: soy el hijo de Dios.

Silencio.

CAMPESINO: ¿de qué Dios?
CRISTO: del único Dios verdadero.
CAMPESINO: ¿y cuál es ese? Millones de Dioses han existido, o mejor dicho, millones de Dioses ha creado el hombre para dar sentido a su vida y ninguno me ha convencido.
CRISTO: acaso, Juan, ¿eres ateo?
CAMPESINO: ¿ateo? Tal vez… ¡¡¡ATEO!!! Me gusta como suena. Esa palabra es nueva, nunca la había escuchado, pero me gusta y mucho… Juan el Ateo. ¡¡¡Me encanta!!!
CRISTO: Juan el campesino ateo, mátame por favor.
CAMPESINO: no puedo.
CRISTO: aunque sea una sola pedrada, una sola, con una piedrecita pequeñita bastará, con esa de ahí, esa pequeña, una pedrada para poder cerrar los ojos.
CAMPESINO: ¿esta piedrecita minúscula?
CRISTO: sí, esa.
CAMPESINO: pero esto no te matará.
CRISTO: ¡¡¡la necesito!!!
CAMPESINO: para estar clavado en una cruz necesitas muchas cosas.
CRISTO: soy el único hijo de Dios… y he venido a la Tierra para salvar al Hombre, pero el hombre se ha vuelto contra mí, y lo único que deseo es morir y volver al cielo, junto con mi padre… ¿tanto pido?
CAMPESINO: depende de a quien se lo pidas puede parecer mucho o poco, para mí es demasiado. Soy un hombre pequeño, esclavo, siervo, campesino y pobre…
CRISTO: pues vaya mierda.
CAMPESINO: hombre Jesús, no me hables así. Si realmente eres quien dices ser, no hables así… ¿qué forma es esa de dar ejemplo? ¡¡¡menudo hijo de Dios!!! Me han entrado ganas de tirarte piedras y todo… pero no esa pequeña, y minúscula…. No, más bien esa de allí arriba, ¿la ves? ¿Ves ese peñasco gigante? pues la piedra enorme de arriba… para que te aplaste.
CRISTO: hazlo pequeño mierda, cretino.
CAMPESINO: pero bueno, ya está bien, ¿no? ¿por qué me insultas? yo no soy gran cosa, pero tú no tienes derecho a insultarme así, que me molesta y mucho… vaya, con el supuesto ¡¡¡Hijo de Dios!!! ¡¡¡Menudo Dios!!! (mirando al cielo) Vaya educación le has dado….
CRISTO: subnormal.
CAMPESINO: ¡¡¡ya está bien!!!

Silencio.

CRISTO: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡gilipollas, cabrón, cobarde, eunuco, pendenciero, esclavo sodomita y sodomizado, HIJO DE LA GRANDÍSIMA PUTA!!!!!!!!!!!

Y el campesino subió a lo alto del peñasco indignado, (el campesino, no el peñasco) cogió un palo, e hizo palanca con ese palo para tirar la piedra enorme sobre Jesús Hijo de Dios. Y de ahí viene la expresión: quien esté libre de pecado que tire la primera piedra…



DÍA 94

La chica de mis sueños.

PETER: la chica de mis sueños… es divertida, tiene una gran sonrisa y un sentido del humor parecido al mío, la chica de mis sueños tiene los dientes perfectos y una sonrisa sublime… a lo largo de mi historia (sexual) mi tendencia siempre ha sido, inconscientemente, elegir mujeres más pequeñas que yo, aunque por otra parte eso es fácil, soy una masa de… lo que quiero decir es, que cuando me visto de verde, parezco la masa, el increíble Hulk, pero sin sus músculos, claro… ¿te haces una idea?
RAÚL: ¡¡¡céntrate Peter, céntrate!!!!!
PETER: me centro, me centro…

Silencio, Peter se centra.

PETER: a lo largo de mi historia sexual he escogido a mujeres delgadas y pequeñitas, manejables, casi tanto que cabían dentro de mi bolso, y cuando volaba a otra ciudad, podrían pasar casi, casi por equipaje de mano, o cómo animal de compañía, les compraba un trasportín, y… ¡¡¡a viajar por el mundo!!! A Constantinopla o a Madagascar… jajajjaaj (esto es un guiño estúpido a La Maldición del Escorpión de Jade del gran y maravilloso Woody Allen).
RAÚL: a eso… ¿le llamas tú centrarte?
PETER: eh… hum…
RAÚL: (imitándolo) “eh… hum…”
PETER: intento contar lo pequeñas, físicamente, que han sido mis mujeres… una, media 1,40 cm, pesaba 40 kilos, otra con la que me casé, medía 1,50 y pesaba 42 kilos, cuando la conocí 39…. Y podría seguir enumerando…
RAÚL: ¡¡¡¡no enumeres más por Dios!!! Y explica como es la chica de tus sueños….
PETER: eso intento.
RAÚL: pues no lo parece
PETER: es que me interrumpes.
RAÚL: es que te vas por los Cerros de Úbeda y no vuelves….
PETER: es que son preciosos esos Cerros…
RAÚL: vete a la mierda.
PETER: (toca a Raúl) ya estoy en ella.

Silencio. Se miran…

PETER: vale, vale, vale… me gustaría , puestos a pedir, que no fuese tan pequeña, con 1,60 me conformo…
RAÚL: ¿rubia o morena?
PETER: eso me es totalmente indiferente…
RAÚL: ¿qué más?
PETER: y…
RAÚL: ¿sí?
PETER: que fuese poco velluda.
RAÚL: ¿velluda?
PETER: sí, ya sabes, yo tengo poco pelo, ni en los brazos, ni en el pecho, ni en las piernas… y cuando, por cuestiones del destino, me he encontrado con una mujer más velluda que yo, no sé… me sentía incómodo, dudaba quien era el hombre y quien la mujer…
RAÚL: ¿eso es un chiste?
PETER: sí.
RAÚL: ah.
PETER: ¿te ha gustado?
RAÚL: eres muy gracioso.
PETER: ¿tú crees?
RAÚL: sólo ironizaba…
PETER: gilipollas.
RAÚL: subnormal.
PETER: la gente se va a dar cuenta.
RAÚL: ¿qué gente?
PETER: los lectores.
RAÚL: me da igual.
PETER: se van a dar cuenta de que a veces también discutimos…
RAÚL: he dicho: “me da igual”, ¿qué parte no entiendes? ¿el “me”? ¿el “da”? o ¿el “igual”?
PETER: vale, vale, vale… ¿qué te pasa hoy?
RAÚL: que no tenemos toda la noche, tengo prisa.
PETER: joder, brother, calma, relax…
RAÚL: ¿brother?
PETER: sí.
RAÚL: ¿me has llamado brother?
PETER: otra vez, sí.
RAÚL: ¿qué piensas? Que vivimos en Harlem…
PETER: no, sabes que vivimos en Valencia… ¿no?
RAÚL: hoy estás especialmente idiota.
PETER: y tú, especialmente sensible e irónico…
RAÚL: continúa por Dios, que no tengo toda la noche…
PETER: vale, continúo…
RAÚL: por favor…

Silencio.

PETER: tiene que ser guapa, muy guapa, una cara única, una cara indescifrable, una cara que podría estar años analizando cada uno de sus detalles y micro gestos… es decir, muy guapa, sino lo fuese, no la besaría.
RAÚL: ¿alguna idiotez más?
PETER: eh…
RAÚL: el tiempo corre…
PETER: vale, no sé… así está bien ¿crees que funcionará?

Hasta este momento, hemos visto a Raúl y Peter en el mismo plano, Plano Medio Conjunto de los dos, sentados en una sofá de noche. Ahora la cámara retrocede y vemos una enorme caja nueva embalada con ese plástico que les ponen a las cajas para embellecer el producto. Peter y Raúl empiezan a abrir la caja. Se lee en el dorso de la caja: “FABRICA A LA MUJER DE TUS SUEÑOS”, con una foto de una mujer exuberante al lado. Siguen hablando.

RAÚL: eso espero.
PETER: ¿cuánto te ha costado?
RAÚL: casi 100 euros…
PETER: ¿y será real?
RAÚL: eso dice el anuncio de la tele.
PETER: y tú, ¿te crees lo que sale en la tele?

Silencio.

RAÚL: espero que funcione, son todos nuestros últimos ahorros.
PETER: locos.
RAÚL: ¿perdón?
PETER: estamos locos.
RAÚL: sí.

Fin.



DÍA 95

La Musa.

INT. ESTUDIO NOCHE

Vemos un espacio diáfano, de unos 30 metros cuadrados, con chimenea, un par de sofás y una mesa escritorio grande, encima, de la mesa un Imac de 20”, con varias sillas. Y un millón de libros por las estanterías. También hay un taburete de pintor… vemos a Linda y a Peter. Peter está sentado en uno de los sofás, mientras Linda se contonea de un lado a otro, cambia de música, busca entre los vinilos de Peter. Se sienta, se vuelve a incorporar, etc…

LINDA: ¿me lo puedes volver a explicar?
PETER: ¿otra vez?
LINDA: por favor…
PETER: está bien… yo… (piensa pasan 3 segundos)
LINDA: sí, sí, hasta ahí lo he entendido… tú…
PETER: cabrona…
LINDA: (suspiro) ¡qué cosas más bonitas me dices!
PETER: verdad que sí…
LINDA: desde luego… Peter…
PETER: ¿sí?
LINDA: explícamelo otra vez…
PETER: (a parte teatral) no ha funcionado, mi método para dispersas sus pensamientos y una nueva prerrogativa llegará a mis oídos en breves instantes…

Mientras Linda se ha puesto al lado de Peter, mirando hacia donde miraba Peter, mientras éste hablaba solo.

LINDA: ¿con quién hablas?
PETER: ehhh… era una aparte teatral, en cine se llama voz en off, claro, que en cine, no vemos al personaje hablando, en todo caso pensando, en teatro eso es más difícil, a no ser que se utilice una grabación, en teatro suele hablar el personaje con el público de la sala, buscando complicidad, o desvelar un secreto, o un sentimiento, en cine el personaje expresa sus deseos ocultos o sus motivaciones personales a través del pensamiento…

Silencio.

PETER: ¿qué?
LINDA: esto no es una película, ni una obra de teatro.
PETER: no, esto es real.
LINDA: eso espero.
PETER: te pido disculpas por mi aparte teatral… está bien, accedo.
LINDA: ¿a dónde? ¿a la sexta planta? ¿a la sección de artículos perdidos? ¿estás buscando tu cerebro?
PETER: eh, jejejjejejej, qué cabrona…
LINDA: sí, me dices cosas muy, pero que muy bonitas…
PETER: eres la mujer más fea que hay aquí…
LINDA: ¿ah, sí? (pone cara de enfado)
PETER: no, no, no, no, no, no, no, la más fea y la más guapa, básicamente porque eres la única mujer que hay… pero si hubiese más, si hubiese un millón de mujeres más, tú, seguirías siendo la más guapa, hermosa y divertida… lo de fea, era un poco decir lo contrario de lo que eres… ¿me entiendes? A veces tengo la sensación de que me explico fatal….
LINDA: (deja la cara de enfado) jajajjajajjajajajjajaajaj….
PETER: tu risa…
LINDA: jajajaj… ¿qué le pasa a mi risa? Jajajj…
PETER: es, es, es… me iba a poner cursi y a hacer una metáfora, diciendo: “ que es el más suave néctar con el que se hace la miel”…
LINDA: ¡¡¡coño!!! Jajajajaja…
PETER: pero no era eso lo que quería decir…
LINDA: ¿no?
PETER: no, quería decir que suena sincera, y alegre, y sexy, estás súper sexy cuando te ríes…
LINDA: ohhhh… si esto fuese una película, ahora aparecerían dos rombos en la esquina superior derecha, y los niños se irían a dormir… jajajjajaja
PETER: jajajajajajja…
LINDA: jajajja… venga Peter, repítemelo….
PETER: voy.
LINDA: ven.
PETER: vale… yo soy escritor, ¿lo sabes?
LINDA: claro que lo sé, guionista.
PETER: exacto… una vez fui a París… bueno, he ido dos veces…
LINDA: ¿iremos juntos alguna vez a París?
PETER: of course, por supuestísimo….
LINDA: ¿y qué pasó?
PETER: en París ha pasado de todo, hasta decapitaron a sus reyes.
LINDA: podríamos tomar ejemplo….
PETER: podríamos, aunque lo mejor sería inducirlos al suicidio, por eso de no mancharnos las manos.
LINDA: jajjajajaj…
PETER: jajjajajaj… y bueno…
LINDA: sigue…
PETER: fui a París y vi un cuadro, bueno, vi miles de cuadros, pero uno me llamó la atención… era de Picasso, La Musa, había un pintor dormido encima de una mesa sobre sus bocetos, delante de la mesa, una mujer sentada en el suelo, con un cuaderno en las manos, y frente a ella un espejo. El cuadro cuenta la historia que las musas hacen el trabajo duro de los artistas, en este caso de los pintores, en este caso de Picasso, mientras él duerme tranquilo, ella se dibuja así misma y termina la obra de su autor favorito…

Silencio.

LINDA: y….
PETER: quiero que seas mi musa
LINDA: ¿yo?
PETER: sí, cuando estoy contigo, cuando hablamos, y reímos, y … luego no puedo parar de escribir, eres la llama que aviva mis neuronas… ¿qué me dices?
LINDA: es una enorme responsabilidad… me siento halagada.
PETER: no se me ocurre nadie mejor…
LINDA: ah… o sea que me lo pides a mí, porque no tienes a nadie más, ¿eh? Ahora te he descubierto, jajjajajajajjajajajajajajaj
PETER: jajajjajajajajaj, que cabrona eres…
LINDA: jajajajjaja, sí, sí, sí, cabrona… a partir de ahora se acabó eso de llamarme cabrona.
PETER: ¿por qué? Sabes que lo digo desde el más profundo amor y cariño…
LINDA: porque son las condiciones de mi contrato…
PETER: ¿qué contrato?
LINDA: hombre, no me querrás tener trabajando en negro, sin seguridad social, sin cotizar….
PETER: eh, no lo había pensado…

Silencio.

LINDA: jajajajjajajajajajajjaja
PETER: eres más lista que yo.
LINDA: eso no lo dudes….

Ella por fin se sienta y empieza a besar a Peter…

Se a corta a.